Cuando llegan estas fechas parece que a todo el mundo le entran las prisas por hacer un análisis de todo lo ocurrido a lo largo del año y hacer un balance de la situación personal... siempre me ha parecido algo absurdo, es como las listas de propósitos de año nuevo, como si el resto del año no hubieran oportunidades para empezar a hacer cosas nuevas y tener nuevos y mejores propósitos.
Ayer, no podía dormir, y leía "El hombre en busca del sentido" de Viktor Frankl, y en esta última edición, editada para completar el relato autobiográfico con la parte de logoterapia, uno de los puntos que el autor acertadamente trata es el sentido de la vida. (Si a alguien le interesa os dejo el enlace con el libro en pdf: http://relibros.org/index.php?option=com_docman&task=doc_details&gid=281&Itemid=1)
Apunta que no puede crearse un sentido de la vida genérico, para todos los hombres y para todos los tiempos por igual, ni siquiera como concepto abstracto, porque el sentido de la vida de cada uno es único e intransferible, variable a lo largo incluso de los días, el sentido que tiene mi vida hoy sin duda no es el mismo que tenía el año pasado.
Entonces... no vale más la pena saber marcarse los objetivos a conseguir de forma gradual y contemporánea a nuestras circunstancias?
Quizás, mantenga esta opinión porque esto de hacer planes a largo plazo nunca ha sido mi fuerte, creo más bien en el día a día, porque uno tiene que reinventarse conforme van soplando los vientos.
Leía, y me sorprendía, en una revista que uno de los propósitos que la gente se puede marcar es... ser más agradable con los demás. Olé! Hace falta esperar el 1 de enero para empezar a ser mejor persona, sí señor!
En fin... dejando a un lado la lista de propósitos que se pueden conseguir... está el hecho de hacer balance. ¿He conseguido lo que me he propuesto este año? ¿Han habido más cosas buenas o malas? etc.
Tampoco soy muy partidaria de echar la vista atrás... lo pasado, pasado está, y hay que mirar hacia el futuro.
Del pasado sólo se puede aprender, porque es absurdo vivir de recuerdos, hay que seguir avanzando y evolucionando, hay que tener la fortaleza mental para saber continuar en esta vida.
Sin embargo, algo me empuja a ponerme nostálgica hoy, será la extraña sensación de la que ha sido mi casa hasta el día de hoy, se convierte en una casa que abandono para seguir una mísera ilusión, una ilusión que me parece casi un sueño intangible y que me infunde miedo y respeto a partes iguales.
Agoto los últimos minutos en esta casa, albergando la idea de que a pesar de todo, mañana aunque ya no esté, algo de mi se queda aquí. Todos los buenos momentos, toda la lucha emprendida, todo el resultado obtenido, todo el esfuerzo y el empeño por sacarlo todo hacia adelante... algo de esto se quedará aunque el resto se vaya al olvido.
No sé si dejo más cosas de las que me llevo, pero lo que si sé es que me llevo lo mejor, mis compañeros, que ya dejan de ser compañeros porque ahora ya son simplemente mis amigos.
Quien sabe, con todas las vueltas que da la vida donde nos volveremos a encontrar... como reza el titula de este blog "Fata viam invenient", seguramente el destino ya encontrara la manera de que volvamos a encontrarnos.
Pero maldita incertidumbre y maldita obcecación, que me impide rendirme a la rutina, y a seguir por seguir, que me hace dejar atrás tantas personas, tantos proyectos y tantas experiencias, sólo porque me empeño en conseguir lo que me propongo.
La vida esta hecha para que triunfen los valientes, pero si me quedo vencida en medio de la guerra, sé que mis aliados vendrán a socorrerme.
No creo que mi vida cambie el 1 de enero, porque hoy, 30 de diciembre, el rumbo de mi vida ya ha variado, y el mástil ha girado su vela, sin saber siquiera, si el viento sopla a mi favor, o si me viene en contra.
PERO A FIN DE CUENTAS.......
FELIZ AÑO PARA TODOS!