domingo, 17 de junio de 2012

El valor de la amistad



He estado escribiendo muchas entradas aconsejando que aunque nos encontremos frente a adversidades no perdamos nunca la sonrisa. Pero ciertamente que quizás es fácil aconsejar así desde mi perspectiva, cuando uno está rodeado de tantos amigos lo que es difícil es no sonreír.

Y no, no me estoy refiriendo a esas amistades que en momentos esporádicos te hacen pasar un buen rato, te ayudan a desconectar de algún problema y están contigo en una fiesta. No.

Las amistades a las que me refiero son aquellas que cuando te miras al espejo no puedes  evitar echar la vista atrás, porque ahí están sus huellas. Son los que te han ayudado a construirte (y reconstruirte) en cada momento, aún en la distancia, aún cuando el tiempo se ha podido interponer entre ambos.

La amistad que nunca muere, aunque por las circunstancias o la dejadez de ciertos momentos no se alimente. Porque es aquella en la que anida el perdón, la fraternidad, el calor de unas manos que siempre se tienden a ti, y la necesidad de tender las tuyas cuando ves a tu amigo.

Cuando pase lo que pase, sabes que siempre habrá alguien que esté ahí, y que esa red de seguridad que te ampara simplemente no tiene precio, tiene un valor inestimable, un valor que no cotiza en el mercado, porque la sinceridad ni se compra ni se vende.

Hace algunos años desempolvé un texto de la obra “Platero y yo” de Juan Ramón Jiménez para una amiga muy especial, inaugurando el día de la amistad. Dejadme rescatar un fragmento de la misma para ilustrar lo que a veces la parquedad de mi literatura no me permite explicar...

“Platero, entre las lejanas maldiciones de los chiquillos violentos, rozaba su cabezota peluda contra mi corazón, dándome las gracias hasta lastimarme el pecho”

Porque la amistad nos hace libres, libres para elegir estar o no estar, ayudar o desamparar, y libres para crecer, llenando nuestro ser de nuevas experiencias, emociones y valores que sólo un amigo que llega al alma te sabe dar.

Igual nunca podré hacer llegar las emociones que me despiertan, que me despertáis, siempre cargaré con los límites de las palabras. Pero hay gestos que traspasan mis limitaciones y llegan al alma.

A mis amigos, por estar siempre ahí, por dejarme estar siempre ahí.










domingo, 10 de junio de 2012

Anyway... smile!


Ahora que sólo se escuchan noticias de crisis, estallido del sistema capitalista, caída del euro, rescates, aumento de la población en riesgo de exclusión social, recortes en sanidad, educación... Sólo os animo a que a pesar de todo saquéis una sonrisa a pasear.




Y me despido con un recorte de los que se han difundido vía Facebook... creo que no puede estar más en lo cierto.