martes, 17 de agosto de 2010

Para David


Esta entrada para mi tiene una significación especial, y quizás es aquella que más he disfrutado escribiendo, no tan sólo por el contenido de la misma, sino porque valga esta entrada para dedicársela a una de las personas más brillantes que ha pasado por mi vida

La obra el David esculpida por el artista renacentista Donatello, data, según los estudios más recientes, de mediados de la cuarta década del Quattrocento y se halla sita en el Museo Nazionale de Florencia.
Cabe decir que esta es una de las obras escultóricas más importantes del renacimiento temprano ya que por primera vez desde la Antigüedad un autor se atreve a crear un desnudo tridimensional de tamaño natural.

En un análisis iconográfico cabe decir que la imagen se proyecta en el momento bíblico que narra que israelitas y filisteos se hallaban en guerra. Se narra en el Capítulo 17 del Libro de Samuel, en el que se describe el momento que los dos ejércitos se hallaban frente a frente en medio de un valle en el que iba a librarse la batalla entre ambos, cuando uno de los filisteos de mayor fuerza y corpulencia, Goliath, retó a los israelitas con el fin de que uno de ellos luchará contra él, prometiendo que al vencedor se le sometería el ejercito contrario.
David, un joven adolescente, cuyo oficio era el pastoreo de rebaños de ovejas que su padre poseía en Belén, solicitó a Saúl, Rey de Israel, que le permitiese a él librar la lucha contra el magnánimo Goliath, confiando en que Dios le concedería la victoria contra el filisteo.

Decidido que fuera este joven quien desafiará al bélico filisteo, le pusieron el atuendo de un guerrero, vistiéndole con casco y coraza y asimismo le ciñeron la propia espada del rey Saúl, pero esta vestimenta impedía al joven moverse debido al peso que los arreos militares le proporcionaban, así que David, se desembarazó de los atuendos que le habían proporcionado y que no eran más que un impedimento, y avanzó al encuentro con Goliath llevando únicamente por arma su honda de pastor y cinco piedras que había metido en su zurrón.
Al ver al joven desprovisto de cualquier protección, Goliath menospreció a David y se burló de él. Sin embargo, David le lanzo una piedra con la honda que se incustró en la frente del enemigo y cayo a tierra herido de muerte, momento en el que David se acercó a Goliath, le desenvainó la espada y lo degolló.
Años más tarde David fue proclamado rey de los israelitas y de su familia y estirpe nacería Jesucristo, Redentor de todos los hombres.

En esta obra, Donatello plasma al David vencedor, una vez alcanzada la victoria, en una postura apacible y relajada, sosteniendo con una mano la espada y a sus pies la cabeza de Goliath.

Dicha escultura fue encargada por Cosme de Medici para ornamentar, como más adelanté se dirá, el palacio Riccardi.

Varias son las interpretaciones iconográficas y simbólicas que se han realizado en torno a esta obra, Vasari se ha referido a la misma como una representación de David en sentido bíblico, sin embargo varias son las hipótesis sobre su real identidad.
Algunas de las interpretaciones argumentan que no se trata del David bíblico, sino del mitológico Mercurio., ya que en la mano izquierda no sostendría una piedra sino una bolsa de monedas, y la cabeza que se encuentra a sus pies sería la de Argos en vez de la de Goliath.
Existe una hipótesis híbrida entre las dos expuestas, que consideran que se trata de una síntesis de David y de Mercurio, o bien un David con atributos de Mercurio.
No faltan los que han pretendido adivinar de este David algunos ocultos significados simbólicos, con relación al lugar donde estuvo originariamente emplazado, que no es otro que el palacio Riccardi, y que se pueden sintetizar en los siguientes rasgos: un atleta de la virtud, el triunfo de la humildad sobre la arrogancia y la voluptuosidad y la fortaleza y valentía de Florencia sobre sus enemigos.

En un estudio sintético de la forma y composición de la obra se puede decir que es una escultura estática, que se encuentra en reposo, pero que a su vez desprende dinamismo y actividad contenida, por lo que cabe sostener que la figura objeto de estudio es de inspiración praxiteliana.
El eje de la simetría del cuerpo dibuja una “S” de pronunciada incurvación, del que destaca un acentuado “contrapuesto”.
Así mismo, los hombros y las caderas se encuentras fuertemente desnivelados, y convergen competitivamente al lado derecho de la figura. Se observa que la pierna derecha de la figura, que se halla en clara tensión, sostiene el peso del cuerpo, y los ángulos de los brazos y piernas proyectas unas líneas compositivas en diagonal que surgen de la base de la figura y se abren hacia afuera.
La cabeza del personaje se halla inclinada, y ligeramente vuelta, cubierta con “petasus” es decir, el sombrero de viaje que usaban los antiguos romanos.
El rostro nos muestra una expresión soñadora y ausente a su vez, que parece inspirada en algún retrato clásico romano de Antinoo.
El escultor pone de manifiesto su profundo conocimiento de la autonomía humana, que queda plasmado en esta obra, como ya se dicho inusual y absolutamente innovadora para su época, realizando un modelado de las superficies suave, sin transacciones bruscas, en la denominada técnica de “Sfumato”.

La figura de David posee una estudiada estereometría pensada posiblemente para ser vista a lo alto y desde abajo, como correspondería a su emplazamiento sobre un pedestal o columna.

Finalmente en cuanto a su valor y significación basta decir que dicha escultura está realizada en bronce, exenta , de bulto redondo, del estudió de la misma se concluye que posiblemente fue ejecutada por Donatello en los años 1438 a 1443, después de que el autor hubiera vivido alguno de sus años en Roma, donde entró en contacto con los modelos clásicos, y puede observarse dicha influencia en la obra expuesta.
Como ya se ha adelantado al inicio de esta entrada, el David de Donatello destaca por ser el primer desnudo exento del Renacimiento.
La influencia y las aportaciones de Donatello a la estatuaria renacentista del Quattrocento son decisivas, y pueden esquematizarse con los siguientes riesgos, de una parte, Donatello reanuda el retrato ecuestre monumental, que se convergiría así en el modelo de la escultura urbana conmemorativa: Gattamelata.
Destaca su influencia en la aplicación de la perspectiva lineal al relieve escultórico, de la que destaca el Banquete de Herodes.
Así mismo el escultor perfecciona la técnica del relieve aplastado y de mínimo resalto, el “Schiaccioato” como se observa en San Jorge y el dragón.
La influencia que desarrolló Donatello se plasma en la conciliación de la serenidad del arte clásico con la tensión dramática, y ello puede constatarse en el Profeta Habacuc y la obra la Magdalena.
Finalmente cabe decir que Donatello trabajó con los más diversos materiales, desde el bronce y el mármol, hasta la madera o la terracota.

Me despido dejando este análisis de Rolf Toman en el libro “El arte de Italia del Renacimiento”:
“La gracilidad del
juvenil, desnudo a excepción de un sombrero y unas calzas de piel, estriba en lo equilibrado y armonioso de su postura, ponderadamente erguida. Firmemente apoyado sobre la pierna derecha, el héroe reposa el pie izquierdo sobre la cabeza de Goliat vencido, con la pose marcadamente descuidada de quien se sabe vencedor. A la inclinación que ello produce en su cadera le sucede el movimiento contrapuesto del tórax, que adopta una postura casi erecta. Acorde con la naturalidad la misma, gira la cabeza ligeramente hacia la izquierda, y posa la mirada en el trofeo de su combate que yace a sus pies. El ángulo que forma la pierna libre, debido a la posición del pie sobre la cabeza del gigante, es compensado por el brazo izquierdo que apoya en la cadera; igualmente, su brazo derecho, que descansa en el puño de la espada, repite el motivo de ña pierna derecha. Es sobre todo mediante el tratamiento de la pie, con la superficie finamente pulida y casi negra del bronce subrayando con sus reflejos la complexión naturalista, como logra proporcionar su deslumbrante sensualidad al cuerpo juvenil. Su belleza casi andrógina ha sido incluso interpretada ocasionalmente como indicio de la homosexualidad del escultor. Vasari nos presenta la escultura de bronce como próxima a un vaciado del natural cuando dice “... ese cuerpo es tan natural, vívido y delicado que a los artistas les parece que debe haber sido moldeado sonríe el cuerpo de una persona viva.”

“Vale”.

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